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viernes, 28 de enero de 2011

La venganza de Fu- Manchú/ Jeremmy Summers/ Gran Bretaña 1967



El crimen organizado se internacionaliza y Fu- Manchú quiere ser el jefe. Las aspiraciones son las mismas que en todas las películas de la saga: dominar el mundo por un odio visceral hacia la civilización occidental y la raza blanca.

Al mismo tiempo, las policías de muchos países quieren internacionalizarse también, crear una policía global germen de la INTERPOL, y en esas está el enemigo de Fu- Manchú y héroe de la causa de acabar con él. Los intentos siempre quedarán en intentos; en esta película, como en anteriores, se gana la batalla contra el villano, pero no se consigue ganar la guerra.



Seguirán las constantes de la saga: muertes muy preparadas que ponen de evidencia la maligna imaginación de Fu- Manchú, un profesor secuestrado junto a su hija, de los que se vale el malvado para ejecutar su plan (la hija servirá para presionar al profesor), peleas a puñetazos que parecen interminables y en las que los buenos son muy fuertes y ágiles y los malos, los chinos, caen como chinos y son muy torpes…

SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
… y un final en el que se vuelve a destruir una  vez más el palacio del villano y en el que los buenos salen a caballo del lugar, sin comprobar nunca si Fu- Manchú y su hija han muerto, para comprobar, segundos más tarde, que el mundo volverá a saber del chino malvado en una especie de espectáculo de magia negra sorprendente. / FIN SPOILER (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

Hasta que entras en razón y te das cuenta de que ¡El show debe continuar!

El regreso de Fu- Manchú/ Don Sharp/ Gran Bretaña 1965




     El personaje interpretado por Christopher Lee, Fu- Manchú, acompañado en su corte del mal por su hija Lin Tang y sus fieles seguidores:- chinos vestidos de negro, con lanzas (y a veces a caballo) y con un pañuelo rojo atado a la cabeza a modo de indio apache-, harán todo lo posible para dominar el mundo, aspiración tan ingenua como iluminada. Es en tal propuesta descabellada y carente de toda lógica donde mejor se aprecia que la película tiene un aspecto de serie B importante en cuanto al triunfo de planes que entrañan tantas dificultades para prosperar, aunque en su realización se consigan algunos resultados esperanzadores para el loco iluminado lleno de odio hacia la raza humana, blanca especialmente, y quien no lo siga en su diabólico proyecto; su inverosimilitud  hace que ese componente de serie B trascienda de una forma fácil.

 
    De cualquier manera, la película está hecha con elegancia y resulta medianamente creíble lo que ocurre en cuanto al desarrollo de un género que mezcla el cine de aventuras con el policiaco y de espías, y a pesar de lo increíble de la propuesta de lo que es y significa el personaje de Fu- Manchú.

    Hace gracia la sofisticación  con la que Fu- Manchú mata a sus enemigos, es un espectáculo marca de la casa que no lo hace ser aún más cruel sino más perverso.

    Y para que un villano del calibre de Fu- Manchú esté completo tiene que haber un contrario que le plante cara y esté a su altura, un reverso de la moneda que le haga frente y que en su confrontación con el mal termine venciéndole, como ocurría y se explicaba muy bien en El protegido, la película de Night Shyamalan, y ese no es otro que el inspector Nyland Smith.

domingo, 23 de enero de 2011

Más allá de la vida/ Clint Eastwood/ Estados Unidos 2010





Clint Eastwood nos sumerge en una historia (o mejor decir varias historias) alrededor de la muerte y las experiencias que tienen varios personajes con un hecho tan perturbador.

Lo dramático es una constante en la evolución de lo que se nos cuenta, y está descrito de una forma totalmente enternecedora.
La sencillez con la que Clint Eastwood  presenta los personajes y desarrolla este guión, en el caso de Más allá de la vida con componentes de un humanismo cercano al misticismo, es una marca personal ya demostrada en películas tan bien contadas como Los puentes de Madison o Mystic river.
La concisión en el tratamiento que Eastwood hace es porque quiere impregnar su película de un estilo directo, dinámico, aunque su ritmo no sea rápido precisamente, un ejercicio cinematográfico en el que las escenas se sucedan sin baches ni ralentizaciones que entorpezcan la fluidez que el director quiere darle a su obra, una película en la que no se deja de contar nada que no tenga cabida; todo es necesario y todo es muy descriptivo, claro (a pesar del tema) y, como dije antes, sencillo. Esa es la mejor forma en la que Clint Eastwood sabe acercarnos el dramatismo que hay en cada uno de esos personajes marcados por el dolor que la muerte, en sus distintos matices, trae consigo.

 
El film es un puente que trata de ponernos en comunicación con lo que hay después de la muerte. Esos puentes los simbolizan el parapsicólogo interpretado por Matt Damon y la periodista francesa, interpretada por la dulce Cécile de France, que vuelve de la muerte y tiene la visión de lo que hay más allá cuando vive en sus propias carnes el tsunami que se produjo en Asia en el año 2004.
Ambos viven el  hecho de una manera diferente. Mientras que Damon reniega de sus facultades por las que puede poner en contacto a los vivos con los muertos (no, no es un remake de la serie Entre fantasmas, ni falta que le hace) y con las que podría ayudar a muchas personas, como lo hará con el niño (otro de los protagonistas del film), la mujer hará lo necesario para que la gente conozca su experiencia, y un libro la dará a conocer.



Matt Damon se ve como un bicho raro; lo suyo no es un don sino una desgracia que lo atormenta y con la que no logra vivir en paz. Él quiere una vida normal, pero la muerte parece perseguirlo de algún modo como una  ayuda que la gente que perdió a algún ser querido demanda de él. Su lucha es continua al saber que puede ayudar, aunque a él le afecte.
A la mujer le ocurre todo lo contrario: en principio, en el lugar donde trabaja no entienden que quiera escribir sobre algo que no tiene nada que ver con el periodismo al que se dedican. Ella dejará su vida anterior de éxito y buen nivel social para contar su experiencia, eso la ayuda a continuar y buscar lo que quiere realmente. 

Estreno Cine

miércoles, 19 de enero de 2011

La dolce vita/ Federico Fellini/ Italia 1960



       No sé por donde empezar. Me da algo de miedo hacer una crítica de esta película porque la considero de las mejores que he visto a lo largo de mi vida, seguramente la pondría entre las 5 primeras, por eso temo hacer un comentario no del todo acertado.
        La vida de Marcelo Mastroiani es un conflicto entre lo que experimenta y lo que siente. La insatisfacción es una constante en su día a día a pesar de parecer divertirse en un trabajo en el que la vida misma es un acontecimiento social que trata de retratar como mejor sabe, o puede. El término paparazzi  se acuñó a partir de esta película de Federico Fellini, y se le atribuye al que retrata en imágenes la vida de esa gente, fotógrafos que intentan arrancar una instantánea en las condiciones que sean, donde sea y cuando sea con tal de que esa foto tenga salida en cualquiera de los medios de comunicación más populares.
Los acontecimientos sociales que se escenifican, y en los que Marcelo es actor principal, son un espectáculo en sí mismos.


     Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película) 
Es así cuando Adriano Celentano canta con su grupo un rock ´n roll, y que acaba rebozándose por el suelo como un poseso en una fiesta- recibimiento a la diva del cine que interpreta Anita Ekberg, exuberante y rubia, una muñeca grande y hermosa, muy deseable, aunque Marcelo que está al teléfono hablando con su novia, le diga que no es su tipo de mujer( refiriéndose a Anita Ekberg) mientras la mira absorto como se mueve por la fiesta como si fuese una tigresa en busca de algo bueno que echarse a la boca.  / Fin Spoiler (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

     Casi todo aquí es  un espectáculo exagerado que en manos de Fellini no lo parece tanto porque su mundo está lleno de sensaciones en las que la sensualidad y las ganas de vivir son una constante, y su estilo es perfecto para cincelar esta amalgama de impresiones nacidas del Espíritu más Mediterráneo; la vitalidad de los romanos se entremezcla con su religiosidad, e incluso un acontecimiento de tipo religioso donde unos niños creen ver( o así lo hacen creer) a la Virgen María, es tomado como un espectáculo más, una escenificación con una estética que impresiona por su contundencia y sinceridad, con un estilo realista que es puro costumbrismo, sobre todo porque la vida parece transcurrir las 24 horas en las calles de la ciudad, que es como un hervidero de gente que no para, que vive plenamente, que no desaprovecha un solo instante la oportunidad de pasárselo bien. También es tomado como un espectáculo cualquier circunstancia que sirva para poder reunirse, como cuando en una fiesta hacen una sesión de espiritismo que conduce más adelante a una escena en la que una amiga de Marcelo, Maddalena, le dice desde otra habitación que lo quiere, que se quiere casar con él, mientras otro hombre la está besando. Ella es otra desencantada que deambula de fiesta en fiesta sin encontrar su lugar, que se siente sola a pesar de estar siempre acompañada de gente, que está perdida y no se compromete con nada ni con nadie.

        A pesar de todo hay un hastío latente en cada escena; lo tiene una chica que baila con el que parece ser su novio, su cara refleja esta sensación aunque el entorno sea un claro contraste donde todo parece iluminar con luz propia, donde el champaña alegra todavía más las veladas y  parece rebosar en cada botella que se abre con tanta espuma como la que haría la mayor de las olas que pudiera imaginar un entusiasmado surfista, también lo siente Marcelo que, aunque se divierte, hay algo que lo delata, esa insatisfacción que confiesa tener cuando se encuentra con un grupo de aristócratas intelectuales amigos suyos y, con uno de ellos, su mejor amigo ( Steiner), le confiesa ese sentimiento; Steiner le aconseja que siga su instinto y que no malgaste su tiempo en aquel trabajo como parece estarlo haciendo ahora; le da ánimos y le dice que es un gran escritor y que el trabajo que hace  en periódicos acerca de gente famosa no es lo que él realmente quiere. Marcelo se angustia todavía más cada vez que se junta con esta gente que en cierta medida le hace abrir los ojos.
En la dolce vita también hay un dramatismo parecido al dramatismo de las películas de Pedro Almodóvar.

      Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
La vida de la novia de Marcelo es triste porque sufre por amor, como sufren muchas de las “heroínas” de los films del manchego. Al principio se quiere quitar la vida porque cree que su novio no la quiere lo suficiente; en una escena muy dramática, y triste, Marcelo le dice furioso, mientras pasean en su coche, que no la quiere porque es egoísta y pobre de ideales, porque su amor es agresivo y maternal y porque lo que siente por él no es amor sino basura; y muy contrariado la echa del coche mientras se va a toda prisa; pero al cabo de un rato vuelve a aparecer para recogerla, y la chica se echa a correr alegre por su decisión mientras seguramente cree que su Marcelo no puede vivir sin ella( “¿Quién te va a querer a ti si tu me dejas?”, le dice colérica la chica mientras Marcelo la echa del coche a patadas) / Fin Spoiler ( Ya se puede leer sin problema) 
 
       Hay escenas inolvidables en La Dolce Vita: una podría ser cuando la Ekberg sube por unas escaleras de caracol mientras la persiguen un fotógrafo amigo de Marcelo y éste mismo; el fotógrafo se queda sin aliento en la escalera y le dice a Marcelo que la tía aquella es como  un ascensor, a pesar de ello Marcelo continúa su ascensión emocionado, y una vez en la azotea, con unas maravillosas vistas de la plaza del Vaticano, Marcelo admira su belleza, tan distinta a la de las italianas, como si fuese una diosa del amor, y cuando parece que la va a besar desiste porque el sombrero de la mujer vuela, por culpa del viento, hacia la gran plaza, mientras ésta grita emocionada por lo sucedido.


       Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
También es muy conocida la escena de ambos en la fontana di Trevi, donde la mujer se mete en la fuente y disfruta con el agua, sin que le parezca importar su vestido mojado ni las miradas curiosas que la puedan estar observando, mientras invita a Marcelo a disfrutar del lugar con ella, y allá va él como un servidor fiel, creyendo que podría ser un buen momento para poseerla, pero algo inesperado ocurre: el agua que estaba manando de la fuente, de repente deja de hacerlo, y todo parece adquirir un aire de irrealidad, de ensoñación; finalmente no ocurre nada que Marcelo no deseara.
      Hay mucho drama también al final, cuando su amigo Steiner se suicida y mata a sus dos hijos; la escena cuando llega a casa su mujer y la policía tiene que darle la noticia, junto con Marcelo, es muy dura. /Fin Spoiler (Ya se puede segur leyendo sin problema)

     El consuelo que podría tener Marcelo con este amigo desaparece de pronto con su dramática muerte; él había sido el que le había hecho entender, en cierta manera, que había más cosas que la vida alegre y sin preocupaciones de las fiestas( la vida dulce); Steiner le había confesado que había algo en la vida de su amigo Marcelo que envidiaba: la vida anárquica que llevaba, sin lazos ni limitaciones, y que no se era feliz únicamente por tener una familia con la que perdías gran parte de tu esencia como individuo: la libertad, juntándose a esto  todos los convencionalismos sociales que eran parte de ese perfil social en el que Steiner estaba “acomodado”

       Finalmente comentar que el encuentro de Marcerlo con su padre en Roma manifiesta el porqué de la soledad que siente el protagonista a lo largo de la película. Su padre pasa unas horas con su hijo, pero aquél le hace más caso a una chica atractiva amiga de Marcelo que a él mismo, a pesar de no haberlo visto en bastante tiempo. Ya Marcelo le comenta a su padre, sincerándose con él en una habitación a oscuras en la casa de su amiga, que quiere pasar más tiempo con él, que se quede hasta otro día para así poder pasar el día siguiente juntos, pero su padre parece huir … ¿es un miedo a la culpa?¿siempre que estaba fuera de casa, y que era el principal motivo por el que su hijo no pudiera verlo nunca cuando era niño, era por motivo de trabajo o había otra vida paralela de su progenitor que no tenía nada que ver con la de la familia? Marcelo intuía que su padre sí podría haber vivido otra vida; creía que su padre era como él en muchos sentidos y no descartaba esa posibilidad, es más: la creía. Y si su padre no lo quería lo suficiente, o no al menos como Marcelo creía que debía quererlo, ¿cómo lo iba a querer cualquier otro, u otra? Marcelo sentía miedo a no ser lo suficientemente querido por alguien a quien él mismo pudiera amar sinceramente, y la vida que llevaba era un escape a no comprometerse, a no defraudar para no ser defraudado.

sábado, 15 de enero de 2011

Robocop/ Paul Verhoeven/ Estados Unidos 1987


 

Entretenidísima película del holandés Paul Verhoeven. Leí por Internet que Darren Aronofsky va a hacer un remake, eso debe significar que es una película con su encanto porque es del año 1987 y está bastante presente en la memoria de la mayoría de aficionados al cine, por lo que hacer una nueva versión en tan poco espacio de tiempo es porque la historia ofrece bastantes posibilidades. Hablando de la historia, ésta tiene de todo: género fantástico, policíaco, de acción, de mafia y drama (la historia familiar del protagonista). 


       La estética es cómic no sólo por su estilo sino por el planteamiento y por elementos tales como la acción, la lucha contra el mal del personaje principal poseído por unos poderes (en argot cómic: superpoderes) que lo hacen una esperanza para la comunidad donde vive, o si se globaliza más, y se pusiera un superhéroe de los más ways, para la humanidad entera – en este grupo entrarían sin dificultades Superman o Spiderman -. Robocop es un superhéroe hecho a medida para ayudar a la comunidad a combatir la delincuencia. En el personaje hay algo así como una resucitación de un policía común (en esto se parecería a Darkman, de San Raimi al volver de una muerte casi segura como alguien distinto, muy cambiado, alguien que no siente dolor, y eso lo hace más fuerte aparte de las demás evidencias muy visibles… Robocop no sentirá dolor por su nueva estructura corporal que será una simbiosis perfecta entre hombre y máquina): de una muerte segura se da una nueva  vida a alguien casi totalmente diferente, mitad humano, mitad máquina;  y digo casi totalmente distinto porque en su memoria (que como en Blade Runner en su proceso evolutivo de corto recorrido, esa memoria será soporte para sus emociones, y eso lo llevará de nuevo a su pasado, o sea: a su hogar y su familia) todavía queda un resquicio de un pasado que vuelve a él y que lo perseguirá como una sombra.


      Es en ese punto donde el personaje que interpreta Robocop tiene dos obligaciones: una la de hacer cumplir la ley como buen policía que es, un policía muy popular por su idiosincrasia y sus métodos; en esto también habría similitudes con los superhéroes clásicos, y la otra obligación sería la de encontrar la explicación y el origen de sus recuerdos confusos que tienen que ver con su anterior vida y que irán descubriendo su enorme tragedia, todo muy bien concebido, ameno y con  la gravedad y trascendencia existencial de lo planteado. Este es un ejemplo claro de cine comercial de calidad (por la gente que llevó al cine, no por ser hecho únicamente para vender, sin ningún otro tipo de aspiración artística), como lo fue en su momento Predator o Terminador.

jueves, 13 de enero de 2011

Camino a la libertad/ Peter Weir/ Gran Bretaña 2010




      Las víctimas del comunismo, y algún que otro criminal o delincuente mezclado entre ellos, van a parar a gulags en la mismísima, vasta y congelada Siberia. En plena segunda guerra mundial, cuando la frontera occidental de Polonia era atacada por los nazis, y la oriental por los comunistas de la Unión Soviética para repartirse el país, un grupo de hombres planea escaparse de uno de estos gulags, encabezados por un joven polaco que no sólo quiere evadirse para alcanzar la libertad sino porque tiene un compromiso con su mujer, a la que ama por encima de todo y a la que debe perdonar por acusarlo ante los seguidores de Stalin, mediante torturas, de ser un espía y un anticomunista. Esta declaración forzada hace que su marido de con sus huesos en uno de estos campos de concentración soviéticos. Él sabe que su perdón la aliviará del tormento de saber que fue ella el vehículo que propició la condena y encierro de su marido.



       Los primeros minutos vemos la lamentable situación de los presos y la vida que llevan. Cualquier cosa,  por simple que sea, les sirve de distracción. Su vida es miserable y sin ningún aliciente. Hay diferentes tipos de hombre que ante las dificultades muestran sin ningún disimulo su auténtica personalidad. Estos hombres sólo tienen la esperanza de que pase el tiempo y su situación pueda cambiar por cualquier motivo; a no ser que decidan abandonar aquel infierno y planeen su huida.

        Lo importante no es despistar a los guardias y cortar una valla metálica; eso es fácil. El problema que les preocupa es que una vez fuera deben atravesar un territorio que los conducirá a la frontera de Mongolia, a algo más de 1000 km de distancia y por unos territorios salvajes e inmensos llenos de dificultades, como la nieve y el frío siberiano o el desierto y el calor abrasador mucho más al sur, camino de La India.

      Esta película de Peter Weir es una aventura llena de dificultades, un camino lleno de esfuerzos y calamidades que dejan en el recorrido a algunos de los fugados por la dureza de las condiciones que deben soportar, una naturaleza salvaje que castiga todo acto de vida. El director australiano nos muestra, en su gran película, que es la supervivencia, que es llegar al límite de lo humano para poder sobrevivir. Y lo hace con pulso de hierro, mostrándonos la crueldad del entorno cuando es necesario, pero sin llegar a hacerlo demasiado inhumano porque no quiere producir emociones distintas a las que deberían corresponder con la historia contada (después de todo el film es una aventura al límite, no un tratado o un recrearse en el sufrimiento humano por sí mismo), para que entendamos lo que están pasando aquellos hombres decididos, y una mujer que se junta por el camino a ellos y es aceptada, aunque al principio les pareciera que podía ser más una carga que una ayuda.

Estreno Cine

miércoles, 12 de enero de 2011

Jennifer´s body/ Karyn Kusama/ Estados Unidos 2009



Película de género fantástico con serie B actualizada y muy comercial  para el disfrute de adolescentes de todas las edades, y para gente madura con ese mismo Espíritu, como es en mi caso con algunas de las películas que me trago (Algo infantil? Sí, pero es lo que hay :). Es comercial y palomitera, pero curiosamente cumple con su objetivo sin dificultad,  por lo que resulta amena y entretenida. El humor complementa las escenas de terror para suavizar las situaciones. Este sería uno de esos  elementos de los que hablé al comentar que tenía estilo de serie B; la sexualidad voluptuosa sería otro elemento como si de una de la destilería Hammer se tratara, y eso no es difícil  conseguir estando Megan Fox al frente del reparto, una a  ctriz que es un portento físico-sexual (y eso supongo que no le será fácil llevarlo en su vida diaria) y que explota sin dificultades la genética dada por su madre y por su padre, que a lo mejor son feos, pero que mezclada dio un resultado admirable.

 
En cuanto al género, el estilo y para el tipo de público al que está dirigida, me pareció similar a The Faculty de Robert Rodríguez. Tiene un ambiente similar y similares son las sensaciones que produce. La venganza es uno de los temas principales que trata la película, la sed de venganza. Megan sería algo así como una superheroína oscura que vuelve desde la muerte para cumplir su venganza particular. Si en El Cuervo el prota volvía desde la muerte para vengarse de los que lo habían matado, en Jennifer´s body Megan Fox vuelve de la muerte para saldar cuentas por una necesidad que alivie su resentimiento hacia los que sienten atracción por ella, o sea: los que le viene a ella en gana… ¡porque cualquiera no siente atracción por semejante pivón, y más si se te insinúa de una forma tan descarada! Vamos: que mata por capricho y busca la venganza por la venganza misma, sin pararse demasiado en si hace bien o hace mal; ella es un Súcubo, una diablesa desatada de sexo y muerte, y este tipo de ser hacen el mal y transmiten sus poderes como una  plaga infernal (parecido a Drácula), pasándote su extraña “enfermedad” del mal y de la inmortalidad, normalmente por medio de un mordisco o de un zarpazo; los arañazos si son de cierta consideración también podrían valer jojojo

martes, 11 de enero de 2011

Jó, que noche! (After Hours)/ Martin Scorsese/ Estados Unidos 1985




Un mejor título en castellano que se le podía haber dado a esta especial película de Martin Scorsese sería: “Jo, que noche he pasado tan mala!” Porque dicho sólo: Jo, qué noche! Pareciera que esa noche a la que se refiere el título, y que malvive el protagonista, ha podido ser divertida y para recordar, por lo bien que se lo  ha podido pasar…y para nada, todo lo contrario. En inglés su título (el original) es After hours y se refiere a los locales de copas o discotecas que abren sus puertas cuando los bares nocturnos comunes cierran las suyas, casi siempre coincidiendo con la última hora de la noche, rozando la madrugada, y en los que se junta lo más variado y extraño de la ciudad que satisface sus más primitivas necesidades etílicas, o de drogas y diversión de todo tipo.




De muchos de estos especimenes nocturnos, de los lugares de la gran ciudad donde sólo almas con ganas de la evasión más visceral que  quieren perderse y olvidarse de lo de siempre, producto del hastío más pegajoso y molesto (en esto pensaría en el protagonista Paul Hackett, protagonizado por el actor Griffin Dunne) habla Jo, qué noche!, pero de una forma diferente a la habitual, bastante simbólica y sugerente. En este marco es donde se desenvuelve la acción, que es un sueño en sí mismo, y que pasa de lo divertido a lo angustioso en un proceso donde se juzga y se quiere castigar sin justificación alguna a un protagonista, Griffin Dunne, incapaz de poder escapar de unos acontecimientos que en cualquier momento lo arrollarán.



Digo que la película es una pesadilla en sí misma no solamente por la sensación que se palpa (con elementos tales como lo surreal, pero aquí comedido, el querer escapar de una amenaza de la que no se logra desprender Paul Hackett, la sensación de soledad y desamparo en un ambiente hostil, pero disfrazado de comprensión y amabilidad, etc) sino por una interpretación que se podría hacer consecuencia de un análisis y la “descodificación” siguiente:

Al comienzo el protagonista se encuentra en la oficina donde trabaja; la imagen viaja a cámara rápida, muy acelerada, indicando que se está en un día de trabajo, en plena actividad diaria. Hay estrés, movimiento, inercia de trabajo, un cierto descontrol. De pronto la dinámica habitual diaria se detiene, y la cámara también se calma, fijándose en Griffin Dunne. Hay más pausa porque se está pasando de un estado de vigilia a otro de reposo, antecesor del sueño…

La misma oficina representaría la habitación del protagonista, y su sillón podría ser su cama. Antes de acostarse hay que fijarse en la actitud de Paul Hackett: éste echa una mirada a lo que podría haber sido el día que ha trascurrido; los gestos de sus compañeros, las fotos y los bolígrafos en las mesas de la oficina, la monotonía del día a día se vería como un preludio del sueño. De hecho Griffin Dunne, cuando habla con uno de sus compañeros, explicándole cómo tiene que hacer para utilizar un programa informático, se gira con calma y observa la oficina y a los compañeros que ocupan su espacio, esa mirada es como un recuerdo retrospectivo de lo que fue su día, como cualquier otro día, con los mismos mecanismos donde lo usual es la norma y lo sabido; y en la mirada de Paul Hackett se nota que Morfeo comienza a hacer acto de presencia… está a punto de sucumbir al sueño… y el sueño comienza:

En la fase más superficial todavía hay control de las situaciones, aunque comienzan los primeros síntomas de que se está viviendo otra cosa diferente de lo real; aún así hay suficientes elementos reales como para no sentir desamparo o falta de control. Un poco más tarde, y en esta parada entraría en escena el taxista amante del flamenco con mirada de loco no del todo agresivo, se pasa a una fase del sueño más profundo, y es el taxista el que lo transporta rápidamente. Éste representaría el agujero que lleva a Alicia al país de las maravillas. El taxista se puede interpretar como la transición del sueño amable y sin demasiadas complicaciones a la pesadilla, a lo oscuro, aquí contada más bien en forma de comedia, pero una pesadilla que irá de menos a más… ¿y que nos encontramos por el camino, que sería el desarrollo central de la estructura del film? Pues a personajes solitarios, tristes, atormentados o con grandes inseguridades que sufren y que buscan comprensión, que se les entienda y se les valore, aunque sea un poco, personajes que buscan compañía porque la soledad los aplasta, personajes con una sensibilidad a flor de piel, una sensibilidad con tendencia al histerismo, como el que sufre Julie, la mujer camarera que invita a Paul Hackett a su casa porque cree que le gusta.

Por último nos embarcaríamos en plena vorágine de angustia e impotencia que una pesadilla amenazante representa; pero aquí no demasiado dramática porque, como dije antes, el tono es de comedia y no de terror. La amenaza no se debiera justificar porque no hay ningún delito que castigar, pero eso no importa porque la razón aquí ya no importa, sólo el hecho de ser condenado y perseguido para castigar una culpa que no es tal. Todos estos acontecimientos empapan de impotencia y miedo a un Griffin Dunne, desamparado y con ganas de huir, con un irrefrenable deseo de salvarse, y más sabiendo que no es culpable de nada, sólo de no estar en su sitio en el momento menos adecuado, aunque al principio le atrajera esa novedad envuelta en misterio que se podría interpretar como ganas de vivir nuevas experiencias para huir de la monotonía y el tedio, y aceptar la propuesta de Rosanna Arquette sería como una forma de evasión.

¿Y qué ocurre cuando todo termina? Que Griffin Dunne se despierta en el mismo lugar donde comenzó su “aventura nocturna”: en su oficina, que es su habitación… ¿Y qué le dice el ordenador, que sería su despertador? Le dice: “Buenos días, Paul”…

lunes, 10 de enero de 2011

El traspatio (Backyard)/ Carlos Carrera/ México 2009




No sé qué les dan de comer en Latinoamérica: cuentan las películas muy bien, sin altibajos ni salidas de lugar que lo terminan estropeando todo; hacen cine como hablan: con desenvoltura, fluidez, muy equilibradamente.

Backyard no es una peli de sobresaliente, ya diré porqué, pero está bien resuelta y explica con coherencia y agilidad (con esto no digo que sea una peli  que tenga un ritmo rápido en su narración sino que es desenvuelta)

 



Comienza apuntando alto y mostrándonos varios frentes abiertos. Un frente que cuenta quién sería el máximo responsable de no intentar solucionar el problema de las muertes de mujeres en Ciudad Juárez: sería el frente político con ramificaciones económicas (la figura del hombre japonés hablando con un político mexicano de que ese problema en la ciudad puede ser negativo para las inversiones de empresas en un contexto globalizado), un gobernador aprovechado que quiere colgarse la medalla de una solución que no es tal, porque el acusado de ser un asesino en serie que  es capturado no parece ser  el causante de tales asesinatos, pero se quiere hacer de él un chivo expiatorio para mayor gloria del gobernador  y sus compinches; pero parece que las pequeñas soluciones comienzan a llegar si los medios de comunicación hacen algo y vuelven a poner en portada de sus periódicos las noticias de las muertes violentas de esas víctimas inocentes y totalmente desprotegidas, es entonces cuando esos políticos egoístas e hipócritas mueven algún dedo para ejemplarizar, pero las soluciones reales no llegan… tal vez porque algunos de esos mismos  políticos formen parte del mismo problema y crean que no es para tanto, estaríamos hablando de políticos tan criminales y machistas como los propios asesinos de mujeres porque de alguna forma hacen la vista gorda y son de oídos sordos a los gritos de socorro, son cómplices de los asesinos por no dar soluciones cuando lo podían hacer, o al menos intentarlo… 

Después pasaríamos a fijarnos en personas concretas que, por supuesto, seguirían teniendo mucho que ver con el problema de la violencia, y aquí nos pararíamos en la mujer, creo que indígena, y  que va a Ciudad Juárez a trabajar, encontrándose con su prima, que la acoge; la mujer habla una lengua originaria de México, una lengua amerindia, el tzeltal; no sé muy bien, pero esto me fastidió bastante porque no la traducían en el vídeo que vi a través de Internet, al igual que no traducían el inglés, y había diálogos en los que se hablaba mucho inglés y bastante el tzeltal… y yo con la boca abierta preguntándome qué estarían diciendo.
Aparte de este inciso  nos adentraríamos en la vida de policía de otra mujer muy comprometida con intentar dar algún tipo de solución al problema, aunque ella sola se verá impotente si no hay ayuda de una policía demasiado apalancada y sin motivación por falta de medios y de ánimo… en una escena su jefe le dice, cuando la mujer policía le pide ayuda, que no hay, no se puede ni se podrá (no hay ayuda, no se puede ayudar ni se podrá ayudar…).  Es en este aspecto particular donde la película nos explica una de las causas más directas  y tangibles de porqué se producen las muertes, la causa pasional, y que tiene que ver con la cultura machista; y aquí nos adentraríamos en la vida un tanto especial de la indígena cuando llega a la ciudad, con el conflicto que tiene con el que “parecía” su novio, con el que se comporta sin demasiada sensibilidad y que deriva claramente (evolución del novio indígena de la chica incluido, con comeduras de coco de allegados y amigos que rezuman machismo y misoginia violenta como malos vapores que te matan si te acercas mucho) hacia lo trágico, viéndolo venir de lejos, como no podía ser de otra manera ya que tenía que encajar en el tema de la violencia y de las muertes. Y esto es lo que menos me gustó: el comportamiento de la chica indígena es demasiado liberal y está metido con demasiada precipitación y de manera bastante simple, no hay ningún tipo de evolución en el sorprendente cambio de la mujer, que llega a ser temerario, aunque suficientemente creíble porque  tal vez fuera  inocente en ese aspecto – como podían ser muchas en la vida real-  y no esperara  nada malo de un hombre que parecía ser buena persona y quererla, pero que es castigado emocionalmente cuando la mujer  sale con otro en sus mismas narices, aunque ese siga sin ser motivo alguno para hacer uso de la violencia hacia ella; su libertad le importa demasiado a la recién llegada  y quiere demostrar que sólo ella manda en su vida (actitud muy temeraria, como comenté antes, viviendo en la ciudad en la que vive)…Pero había que dejar meridianamente claro el mensaje de que esta violencia está demasiado arraigada en la sociedad que describe la película y que será un problema de difícil solución; la educación y los cambios de mentalidades retrógradas y de un machismo enfermizo, donde los celos, evidentemente, juegan un papel en un escenario tan cruel, serían la mejor solución que se le podía dar a este humillante y desolador problema.


Y finalmente comentar que aparte de esta causa pasional, la película pone encima de la mesa otras causas diversas como el comercio de órganos, los asesinos en serie, etc etc… y esto se habla entre la mujer policía y la voz que trata de comunicar a la gente qué es lo que está pasando y quienes son los responsables  de no hacer casi nada, y hablo del locutor de radio.

Esta película es un recorrido por las causas y las urgentes soluciones del problema de los feminicidios  en  Ciudad Juárez, un problema que ya lleva más de una década atemorizando a muchos mexicanos, sobre todo a mujeres, y que en 14 años ya se ha cobrado la asombrosa cifra de 1060 personas.

miércoles, 5 de enero de 2011

Mad Max II, el guerrero de la carretera/ George Miller/ Australia 1981


 

La segunda parte de esta trilogía del personaje que da título a los tres films de George Miller
es la mejor de la saga, es la más cinematográfica (la primera, aunque es buena también, tiene un aire, un estilo, un tanto a telefilm, eso sí: un telefilm con bastante garra y que narra la  historia de forma  cruda en cuanto al tratamiento de la violencia) y la más espectacular; se puede decir que la violencia de la primera parte es sustituida por el espectáculo y la aventura en esta segunda parte, a pesar de que en ésta también hay una  buena dosis de violencia, aunque  no tan visceral como en la primera sino tratada más como un espectáculo, y eso se hace de ese modo por el tipo de historia que cuenta, que sería parecido a un western futurista posapocalíptico en el que un personaje absolutamente atormentado


Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
por la muerte, en circunstancias salvajes, de su mujer y su hijo, a manos de unos desaprensivos moteros- delincuentes… / Fin Spoiler (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

…vaga sin rumbo fijo, sin ningún tipo de ilusión, a través de las carreteras y páramos de una Australia en ruinas tras la hecatombe nuclear. La barbarie es habitual en los escenarios que nos enseña George Millar; los más fuertes y sagaces son los que mejor sobreviven en unas circunstancias tan adversas, como El loco Max que ya no tiene nada importante que perder, tan sólo su vida, pero ni eso ya es importante para él.


 
           Además de ser un western moderno (esto es común en muchas críticas que se han hecho de la película, y de lo que posiblemente nadie del equipo pudiera haber negado nunca, pues es clara la similitud) en el que Mad Max sería un pistolero aventurero, los moteros gamberros serían los indios, el campamento donde extraen el petróleo sería el fuerte y, por ejemplo, el camión una diligencia que huye de los indios (moteros), la película además de aventura tiene un ritmo trepidante, mucha acción de la buena mezclada con esperanza y nihilismo de un antihéroe que no cree ya en nada ni en nadie, tan sólo en sobrevivir atormentado, deshumanizado, como un animal acorralado que debe enfrentarse con todo tipo de peligros que trae el nuevo mundo.

      Las persecuciones de coches/motos/camiones  de Mad Max II son legendarias; están rodadas de tal manera que parece que los vehículos sean cohetes propulsados por el motor más potente jamás inventado. El vértigo de la velocidad se siente, se masca en cada toma; la sensación de peligro está a la vuelta de la esquina, y nos preguntamos continuamente quién será el próximo motero en salir volando para estrellarse contra el parabrisas de un coche o para caer por un precipicio. Aquí se juega con  serie B, pero tratada con mucho más cuidado y con más seriedad; es, como he dicho antes, un espectáculo digno de ver,  por momentos parece la viñeta de un cómic de acción en el que nada permaneciera inmóvil. El vértigo nos hace tambalearnos en nuestros asientos absortos por tanta convulsión; es como una danza de coches y motos en la que, a veces, alguien perdiera el paso y saliera de la escena sin querer, pero precipitadamente, sin control alguno… es maravilloso, por lo menos yo así lo vi cuando tenía muy pocos años y fui al cine con unos amigos; de vez en cuando miraba hacia ellos y sus caras eran de asombro, alegres, incrédulas de ver algo que nunca habían visto: un baile de vehículos a motor, con ruedas y de todos los tamaños.


     Hoy estas escenas de acción se ven de manera diferente, aunque no han perdido gran parte de su encanto, y esto es por el nuevo cine de acción que se hace ahora, un cine digitalizado y donde la acción es llevada a extremos, en ocasiones, hasta ridículos, escenas con un cinismo apabullante, muy irreales, demasiado fantásticas sin tocar muchas veces este mismo  género donde podrían  encajar mejor. En Mad Max esto es más auténtico que en la mayoría de las películas de acción que se hacen hoy en día, hay en su configuración más nobleza y no tanto efectismo circense, mejor adecuación al contexto donde se enmarca cada una de las escenas de las que hablamos; hoy la acción que se desarrolla en las películas,  por lo general (siempre hay por ahí alguna joyita digna de ser contemplada), son un mal pretexto para desarrollar un guión infumable, con no demasiada imaginación, cosa que sí le sobra a Mad Max II, el gerrero de la carretera.

Blow-Up (Deseo de una mañana de verano)/ Michelangelo Antonioni/ Gran Bretaña 1966

 

Me parece una maravilla, y no porque lo diga alguna de la crítica que la encumbró sino porque dice más de lo que aparenta. Es una película difícil de ver, pero si te metes en ella la disfrutas muchísimo; supongo que será importante  leer entre líneas para irle encontrando el sentido que tiene. Me encanta su ambientación y ese aparente deambular de un personaje que quiere hacer algo, y no sabe muy bien el qué... hay un punto de insatisfacción y de hastío que engancha, y esa insatisfacción se verá sorprendida por una fotografía que no sólo atrae sino que hace replantearse lo que trasciende de las cosas, de los hechos que se muestran a la conciencia, y en este punto se acercará, pero de soslayo, a lo que son las películas de corte detectivesco. Plantea debates filosóficos sobre la realidad, la apariencia y el valor que se le puede dar a las cosas dependiendo de las circunstancias (véase aquí la escena del concierto y el mástil de la guitarra que consigue el protagonista con esfuerzo, pero que deshecha cuando cree que no le vale de gran cosa – él que colecciona objetos para darles casi siempre un uso-, aunque esa parte de la guitarra sea de uno de los grupos de pop-rock más importantes del momento en Londres, la ciudad del momento en cuanto a modernidad y vanguardias artísticas)




Decir por último que  las representaciones de los mimos del principio y del final son, precisamente, un símbolo de lo que hablamos: una representación de la realidad, no la realidad misma objetiva, como la foto sacada por casualidad y que hace ver lo que no es. Creo que es una película tremendamente interesante si se ve con un Espíritu abierto porque puede decir muchas cosas. No he visto nada de Antonioni; la próxima que espero ver de él es El desierto rojo; pero después de ver ésta sólo puedo decir: Grande, Antonioni!

martes, 4 de enero de 2011

Crueles intenciones/ Roger Kumble/ Estados Unidos 1999

 

     Lo que en Las amistades peligrosas o Valmont funcionaba cuando se plasmaba en la pantalla el Espíritu y los matices importantes de la novela de Pierre de Laclos, en Crueles intenciones se ahoga paulatinamente en infructuosos intentos de darle a la trama la consistencia y credibilidad necesarias para meternos de lleno en las situaciones.

         Esas relaciones descritas pasan por naturales y se les da todo su sentido en la misma época que relata la novela, allá por el siglo XVIII, y en películas como las mencionadas antes de Stephen Frears y Milos Forman, nada menos. La novela es de género epistolar, y en este tipo de literatura se hace un recorrido de algún personaje desde su faceta moral, de algún hombre de origen nobiliario, que trata de corromper cualquier tipo de virtud a causa de su aparente “maldad”. A través de cartas que escribe algún personaje se nos va mostrando como evolucionan y se comportan éstos, y las relaciones que se dan, en ocasiones con un componente perverso destacable.

        Los escenarios en los que se movían aquellos nobles -: salones de mansiones imponentes y de un refinamiento de ensueño, teatros monumentales abarrotados de marqueses y condesas con abanicos hablando en códigos amatorios mientras se movían en una especie de danza hecha alegremente con sus brazos, etc, etc- eran marcos apropiados para el buen desarrollo de unos temas que tenían mucho (o todo) que ver con el mundo intrigante de alcobas, de palacios o antesalas con puertas cerradas y la moralidad que allí se escondía, urdiendo planes para la pura y sencilla satisfacción personal de quien lo planificaba

      Se hablaba de amor, de celos, de engaños, de traiciones y venganzas, de hipocresía y también de sinceridad. El resultado era un relato, o cuento si se prefiere, lleno de pasión, en donde la liberalidad de la nobleza reflejaba claramente el tipo de vida relajada y hedonista de los que componían ese extracto social privilegiado y vividor.


Cuando se hace un remake de la obra, aunque se le trate de dar el aspecto más actual posible, y en ocasiones con un tono de comedia un tanto teen, habría que trasladar, casi por obligación, ciertos elementos importantes del original, o hacer una cosa totalmente nueva con muy poco del original, sólo lo justo, que sirviera de base para el desarrollo posterior… pero en esta peli se fue más bien hacia lo primero, y es ahí donde Crueles intenciones naufraga, no estrepitosamente ya que hay algún que otro momento conseguido, pero sí lo suficiente como para resultar un film fallido al adolecer de ritmo, con baches y mesetas aburridísimas, por plana y poco emocionante, sin apenas momentos chispeantes donde apenas hay ingenio; con diálogos predecibles hasta la saciedad (aunque no se hubiesen visto ninguna de las películas anteriormente citadas basadas en la novela), y forzados, siempre que se le quería dar el estilo de elegancia refinada y de cinismo de aquella época muy bien reflejadas en Las amistades peligrosas, de Frears, y que en Crueles intenciones chirrían por artificiales… o por no encajar, sencillamente, la liberalidad de la nobleza, sello de una época y de una élite privilegiada, en una clase adinerada (burguesía, los que se cargaron, precisamente, a los nobles en la popular revolución francesa) como la que retrata la película, de costumbres y comportamientos distintos.
SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
      Si la transición en Valmont, un Don Juan manipulador y sin escrúpulos, es grandiosa y está matizada perfectamente, dándole un componente dramático sobrecogedor, en Crueles intenciones queda corta y bastante Light la evolución, por lo que no sufres lo suficiente con el personaje y su tragedia final, aunque el tono de la película no sea exactamente el mismo y esté dirigida a un público adolescente.