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domingo, 16 de noviembre de 2014

La Pianista/ Michael Haneke/ Francia 2001





Impactante drama de Michael Haneke protagonizado por una impresionante Isabelle Huppert en un papel nada fácil por la oscura y perturbada personalidad que interpreta en su vida menos social, que convivirá con otra existencia más convencional cuando se refleja la exigencia profesional y meticulosidad de una celebridad en el mundo de la música clásica.
Es en ocasiones muy incómoda de ver, incluso desagradable, pero su grandeza es evidente y complicado que alguien pueda sentirse indiferente. Hay obras de arte que no por oscuras, difíciles o desagradables dejan de ser obras de arte; que hay si no de Las Pinturas Negras, de Goya, El Grito, de Munch, El Jardín de las Delicias, de El Bosco, o mismo algunos de los autoretratos de Van Gogh.


Hanecke se maneja magistralmente en un precipicio profundo y escarpado que provoca temor y mucho vértigo. La profesora elitista de piano quiere llevar hasta sus últimas consecuencias el control cuando hace de su sexualidad algo así como un juego muy estudiado, igual que en su vida profesional en lo referente a lo cerebral; por momentos podemos llegar a creer (por el añadido de su lado más maléfico…escena de los cristales rotos) que estamos ante una psicópata. Pero no es el caso, o al menos eso creo, y más que ante una psicópata (aunque vuelvo a repetir: a veces lo parece… ella misma dice que no siente nada, y que si sintiera algo lo reprimiría sin dudarlo; su comportamiento se muestra demasiado frío) estamos ante una mujer que manifiesta su sexualidad de un modo extravagante a pesar de ese control citado (para mí sería una especie de control descontrolado, un control dentro de una sexualidad perversa, insana, que ya no conduce como se debería porque concierne a alguien más que no es ella misma y provoca dolor).




En su sexualidad hay comportamientos de dominación, de riesgo exhibicionista en los que podría sentir gran excitación – relaciones en los servicios públicos ante el peligro de que alguien pudiera entrar y ver todo el espectáculo, en el autocine – sadomasoquistas, perversos. Se quiere tener el control sobre la sexualidad y la parte emocional que encierra, como en su vida social-laboral; eso hará de su sexualidad un fracaso por la racionalidad absoluta que se quiere introducir en algo donde el sentir lo es prácticamente todo, pero la represión produce inestabilidad, saliendo lo emocional a flote de un modo perverso y mórbido. En resumidas cuentas: la represión hará de su vida sexual algo insano y muy cerebral, con conductas que podrían resultar compulsivas, pero el control que se quiere establecer se desmorona al resultar antinatural. La sexualidad se hará destructiva ya que se hiere, aunque seguramente en el fondo no se pretenda; tal comportamiento ocasionará mucho sufrimiento no sólo a ella misma sino a quien la podría llegar a querer.
El desequilibrio podría estar originado por una madre castradora insoportable, absolutamente odiosa. La profesora tiene una relación con ella conflictiva, eso salta a la vista, y el amor-odio que siente la confundirá (interpreto), terminando por socavar su psiquismo. La vertiente sexual hará que el dominio que ejerce la madre hacia la protagonista se vuelva, o se convierta, en un comportamiento antinatural, perverso (impresionante la escena en la cama con su madre que deja acojonado al más pintado).
En esta experiencia vital y familiar hay semejanzas con la relación que mantienen madre e hija en la película de Darren Aronofsky Cisne Negro. En ambos casos hay excesiva exigencia para hacer del hijo alguien perfecto en su vida profesional y poder triunfar. La presión puede que haga reventar el equilibrio psíquico; pero tampoco es cuestión de profundizar mucho más en el tema, de hacer un diagnóstico psicológico, incluso psiquiátrico, acerca del comportamiento y actitudes de la profesora de piano porque creo que las precisiones serían complicadas y tampoco soy un psiquiatra para hacerlo con garantías; sólo he apuntado lo que interpreto de su personalidad y manera de actuar, aunque seguramente se me escapen cosas relevantes y en todo lo explicado haya dudas, o discrepancias.




Estamos ante una película difícil por su aspecto gris oscuro, a veces prácticamente negro, por su impenetrabilidad  y hermetismo – el que demuestra la protagonista en lo emocional –, una película que sorprende por su atrevimiento, provocativa al parecer querer irritar al espectador con su terrible propuesta, sin complejos a la hora de tratarla, cuando cuenta lo que pretende sin disfraces políticamente correctos, dulcificaciones o giros esperanzadores, seria e inteligente (por su profundidad y coherencia) y de una perfección en el estilo, en el modo de ser contada, que fascinan y conmueven al mismo tiempo; un filme bello a pesar de tanta oscuridad, que refleja una intensidad dramática similar a la que nos suele tener acostumbrados Lars Von Trier (aunque en Haneke los excesos sean más cerebrales y pasen en ocasiones por el filtro de la intelectualidad, además de tener cierta contención: excesos elegantes, o con su elegancia, valga la ¿contradicción?): un dramatismo sordo, asfixiante, que ahoga por lo angustioso, molesto, inquietante, una película durísima y triste, pero en la que cabrán incluso momentos simpáticos, graciosos, introducidos con la enorme clase del que sabe estar en cualquier circunstancia por muy complicada que sea, como cuando la pareja protagonista da por acabada su primera relación escabrosa y sorprendente (en la parte que toca al muchacho que ahora será no sólo alumno de la mujer sino su especial y desconcertado amante) en un servicio, y el chico le sugiere, cuando se está despidiendo, que se relaje y disfrute más después de “soportar” la actitud dominante de la profesora… curioso cuando tiempo después le dice a su amante que le puede pegar de un modo determinado (la mujer a veces parece ser dominante y a veces prefiere desarrollar el papel contrario)




Bueno, nada más, he visto una enorme y especialísima película. Es cierto que puede herir sensibilidades, por lo que habría que tener cuidado, pero también es cierto que es sincera y que lo que cuenta lo hace con honestidad, además de gran fuerza. Hace reflexionar a la vez que engancha por su historia turbia y complicada. Lo aparente juega un papel importante; no es real todo lo que parece y en las intimidades de la gente siempre podría haber desequilibrios que podrían hacer saltar todo por lo aires.

             
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Alí Reyes dijo...

Creo que por todo lo que dices, y que antes me lo suponía, es que no me he animado a verla. Pero como tú dices, Tambi{en a Goya hay que darle una oportunidad ¿Cierto¡

Gonzalo Aróstegui Lasarte dijo...

Una película excelente de uno de los mejores directores vivos. Prefiero el Haneke de "Caché", "Código desconocido" o "Amor", pero en "La pianista" no se aleja un ápice de su credo. (Por cierto, en su momento analicé la película para Ruta 66.)

Un abrazo, Javier.

Javier Simpson dijo...

Alí
Es dura; si eres sensible puede afectarte, con lo que hay que ir con cuidado si al comenzar a verla ves que no puede con ella… puede ocurrir perfectamente. De todos modos para mí es una obra maestra, sin más, y, aunque no me tengo por alguien insensible, pude con ella. Un saludo, Alí. Gracias.
Gonzalo
Estuve buscando en Ruta 66 y no encontré la crítica. Si tienes el enlace y me lo das lo leo con el interés que te mereces, o sea: mucho ;-D (a veces soy de un redicho!!). A mí Caché me encantó, pero creo que me parece aún mejor ésta, o por lo menos a mi me llegó más, me metí mejor en su historia, en su dura historia (y no digo que la de Caché no lo fuera… que también le llega de caray). Un abrazo, Gonzalo, y gracias por pasarte.

deWitt dijo...

Me parece una peli tan buena como incómoda, y estoy totalmente de acuerdo con tu reflexión sobre ella.

Huppert, una de las mejores actrices en activo (al menos para mí) está soberbia.

Felicidades por tu reseña.

Un abrazo

Javier Simpson dijo...

Muchas gracias, deWitt. Es tan buena la película como la actuación de esa actriz tan magistral de mirada inescrutable (mirada que creo pone – forma parte de su interpretación, me da –). Hasta otra, deWitt.

Gonzalo Aróstegui Lasarte dijo...

Te lo escaneo de la revista y te lo envío en cuanto pueda, Javier.

Un abrazo.

Juanjo Mestre dijo...

Estuve en su día a punto de verla y al final no lo hice. Tras leer esto me apetece muchísimo. Abrazo.

ricard dijo...

Un película excelente y perturbadora, como todas las de su director. Un abrazo.

Javier Simpson dijo...

Gonzalo
Gracias, Zalo. Muy buena la crítica. Un abrazo.
Jhonny
Si te decides a verla espero que te guste. Es una gran peli, Johnny, bueno, por lo menos para mí. Un abrazo y gracias.
ricard
Estamos de acuerdo, ricard ;-D Un abrazo.

U-topia dijo...

No sabía que había película, por lo que cuentas parece la adaptación de la novela del mismo título de Elfriede Jelinek.

A ver si puedo encontrarla.

Un abrazo!!

Javier Simpson dijo...

La misma. Gracias por comentar, Laura, y hasta luego.

abril en paris dijo...

Te explicas estupendamente. Es por eso mismo por lo que tengo mis dudas si en éste momento me apetecería verla. Me la reservo no obstante para otro momento, puede que le vea todos esos detalles interesantes que nos reseñas.

Un abrazo Javi.

Javier Simpson dijo...

Muchas, abril. Creo que algo así hay que verlo mejor en un momento no del todo sensible porque puede afectar, pero bueno, si eres de aguante emocional no creo que pase nada porque tampoco es una barbaridad; es dura, pero no en exceso, creo yo. Un beso, abril. Gracias.

Antonio de Castro Cortizas dijo...

Interesantísimo análisis. Al igual que Abril en París, no sé si en este momento me apetece ver una película de Hanecke. Isabelle Huppert me parece una de las más grandes actrices actuales, a la altura de las Mary Astor o las Deborah Kerr de antaño.
Saludos.

Javier Simpson dijo...

Gracias, Antonio. Creo que mejor meterse con ella cuando se esté con la piel más gruesa que de costumbre. Un abrazo y gracias, Antonio.